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Kelly Henao
 
Por: Lucia Avendaño Gelves
Egresada de Economía (2011) y del pregrado de Comunicación Social y Periodismo (2014). 
Actualmente es la coordinadora del programa Uninorte Social.

José Taurino González, colaborador del área de Servicios Generales, quien ha acompañado a la Universidad del Norte  desde el año 1.979.

Cuando yo entré aquí, el único ‘palito’ que había, pequeñito, y que florecía todo era el Roble Amarillo que está en Casa Blanca”, recuerda José Taurino González, colaborador del área de Servicios Generales, quien ha acompañado a la Universidad del Norte  desde el año 1.979, cuando llegaba en un burro, que tomaba desde las 3:00 a.m. desde Juaruco, corregimiento del municipio de Tubará, al norte del Atlántico.

Taurino o ‘Tauri’, como se le conoce al interior de la institución, llegó de dieciocho años y también vio crecer el árbol de almendros que se ubica cerca a la Rectoría y entre sus mayores orgullos, según relata, es haber sembrado uno de los árboles de jobo, ubicado cerca a la puerta No.3, que ha sido testigo de sus más de 40 años al servicio de la comunidad uninorteña.

Él también ha sido un testigo, muchas veces silencioso pero muy presente, de las tantas generaciones que la Universidad del Norte ha enviado al mundo. En total, 63.133 egresados llenan notas de prensa, registros institucionales, contenidos digitales, pero -sobre todo- llenan de orgullo a cada uninorteño.

Las cifras hablan por sí mismas: 40.217 graduados de pregrado, 26.991 de las especializaciones, 8.060 de maestrías y 167 doctores dan cuenta que la casa que enseña a triunfar ha hecho bien la tarea durante 55 años. Más de 5 décadas generando, no solo esperanza a una región, sino confianza en quienes deciden apostar por educarse con alta calidad. Casi 8.000 egresados han vuelto a consolidar su formación, en las aulas que los vieron crecer, a través de un estudio de posgrado.

En materia de género, las mujeres egresadas son mayoría con respecto a los hombres. Y, si de mujeres se trata, Velia Janne, quien coordina las Colecciones Físicas en la Biblioteca Karl C. Parrish Jr., también ha visto pasar cientos de egresados que, durante su etapa estudiantil, llegaron a sus amados libros para abrir su mente y resignificar sus conceptos.

 Velia Janne, quien coordina las Colecciones Físicas en la Biblioteca Karl C. Parrish Jr., y egresada de la especialización en Gerencia de Sistemas de Información (2009).

Para Velia, celebrar 55 años de Uninorte no solo es dar gracias por 365 días más que registra la institución, sino celebrar también su propia historia de vida.Yo le debo todo a la Universidad, todo lo que soy como persona y como profesional, que también me ha aportado mucho, yo he sentido siempre mucho apoyo para cumplir mis sueños de la mano de Uninorte”, enfatiza.

Velia recuerda, con plena exactitud, que llegó a Uninorte el 27 de julio de 1.989, tiempo que define como “unos 33 años maravillosos”. En ese momento, sólo estaba la cancha y donde están ahora el edificio de Posgrados y el Instituto de Idiomas, además la biblioteca era abierta y los buses llegaban hasta el Bloque B y se devolvían y viajaban llenísimos”, menciona jocosamente.

En palabras de Velia, “la universidad es un trampolín para salir y mostrarse en el país o en el exterior, siendo diferentes; nuestros egresados son excelentes, tengo las mejores referencias y sé que tenemos las mejores bases para desarrollar y demostrar la calidad de región que tenemos”.

El programa de Administración de Empresas, seguido por Medicina e Ingeniería Industrial conforman el grupo de los tres primeros, con más número de graduados. El primero de ellos fue uno de los que inauguraron las páginas de la historia uninorteña. Uno de los profesores más recordados de este programa es Miguel Pacheco, quien también fue estudiante de la Universidad.

Pacheco recuerda, también, a sus docentes más rigurosos: “Ernesto Barros en Cálculo 2 o 3, no me acuerdo, ¡ese era cuchilla!, como también una excelente persona”, dice. Como catedrático, Pacheco -quien también fue presidente de la Sociedad de Egresados- menciona que les afirmaba a sus estudiantes: “La universidad les da unas bases y una formación, utilicen esas bases para crecer y esa formación que les da la Uninorte”.

Así como Pacheco ha acompañado la historia de Uninorte, desde que conformó la primera promoción de profesionales en 1973, Gina Pezzano también guarda importantes recuerdos, tan grandes como el roble amarillo. 

Pezzano se formó como psicóloga en Uninorte y según cuenta, la Universidad decidía reclutar a sus propios egresados para formar parte de su planta de profesores. Llegó a ser directora del departamento de Psicología, cargo en el que graduó a 22 promociones. Asimismo, lideró el área de Bienestar Universitario, con el firme propósito de que el estudiante uninorteño fuera un ser humano integral.

En la  Universidad del Norte estuve 40 años de mi vida: allí estudié, me preparé para ser una buena profesional, tuve a mis dos hijos quienes también estudiaron allí y tuve esa gran satisfacción de verlos proyectarse como profesionales dentro de la universidad, además hice mis estudios de posgrado también en la Universidad del Norte”, dice con orgullo.

Cincuenta y cinco años suelen mencionarse muy fácil, pero -así como el cuidado de un longevo Roble Amarillo- se necesita de agua, traducida en mucha dedicación y de ciertas podas, traducidas en renuncias y nuevas apuestas, para poder recoger los más de 63.000 frutos que Uninorte disfruta desde las historias de sus egresados. Hoy, cada uno, puede decir -no solamente que es un orgullo uninorteño- sino también, como lo afirma Taurino: “Uninorte es un tesoro”.