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En la década de 1960, la idea de fundar en Barranquilla una universidad privada de excelencia académica, orientada por los empresarios más relevantes de la ciudad, surgió del ingeniero civil Karl C. Parrish Junior. Aunque ya desde la década de 1940 se venía hablando de esa iniciativa, no había llegado a concretarse.

Parrish Junior llegó a Barranquilla a los seis años, cuando sus padres se trasladaron desde Estados Unidos a finales de la década de 1910, en busca de un futuro prometedor en una ciudad que tenía todas las condiciones para el progreso. Karl C. Parrish senior, padre, inició la urbanización del barrio El Prado, un proyecto de construcción de una ciudad moderna y muy caribeña. El hijo continuó con esa tarea y se involucró en muchos otros proyectos de infraestructura en todo el país.
 
Para hacer realidad el sueño de una universidad privada en Barranquilla, Parrish Junior buscó aliados que le ayudaran a forjar un proyecto “tipo la Universidad de los Andes”, como lo dijo alguna vez. Quizá el socio más estratégico lo encontró en Mario Santo Domingo, el empresario más acaudalado de la ciudad en esa época. Su apoyo lo dio a través de la Fundación Barranquilla, hoy Fundación Mario Santo Domingo, creada para promover el desarrollo y las políticas sociales en la ciudad, pero que específicamente surgió en la coyuntura de un convenio con el Gobierno alemán para crear una escuela técnica superior en 1960.
 
Por eso la Fundación Barranquilla fue una de las tres entidades fundadoras de la Universidad del Norte en 1966. Las otras dos fueron la Fundación ANDI e INCOLDA. Como socia, la Fundación Mario Santo Domingo tiene asiento en el máximo organismo de la universidad: el Consejo Directivo. Allí han estado representados por funcionarios del grupo Santo Domingo de distintas épocas, como José Román Fernández, Francisco Posada de la Peña, Marciano Puche, entre otros.
 

El apoyo de la familia Santo Domingo a la creación y consolidación de la Universidad del Norte se ha manifestado de muchas maneras. Durante los primeros años las empresas del grupo económico realizaron importantes aportes económicos para la construcción del campus universitario y las alianzas para sacar adelante estrategias académicas. Así mismo, desde la década de 1990, se realizaron donaciones para apoyar la matrícula de jóvenes de excelencia académica, pero de escasos recursos.


 
Por todo esto, y en agradecimiento, las directivas de la universidad decidieron nombrar “Mario Santo Domingo” el nuevo edificio de Ciencias Básicas e Idiomas. La Universidad del Norte ha sido uno de los elementos más importantes para la reciente recuperación de Barranquilla. Sus más de 57.000 egresados son un capital humano que ha servido para fortalecer tanto el sector privado como público de la ciudad. Un factor de éxito gestado a lo largo de 53 años en los que la familia Santo Domingo siempre ha estado a nuestro lado.
 
Por:
Adolfo Meisel Roca
Rector
Universidad del Norte